El partido del domingo pasado el equipo del Cádiz era muy veloz , por David el mejor jugador se torció un tobillo pro fue capaz de seguir jugando. Cuando el partido toda la ciudad y la comunidad donde el vivía de pequeño se enteraron .David estaba acompañando a su hijo para irse de la facultad.
Después dejo en libertad ha su tigre.
Fueron al museo y había ¡Un ajedrez antiguo!
lunes, 31 de marzo de 2014
Gente audaz
Las expediciones a la Antártida en épocas pesadas se debieron a la intrepidez de algunos exploradores. La tenacidad de estos audaces aventureros ha sido muy importante para toda la humanidad. La capacidad para emprender actividades de alto riesgo, así como su entereza ante la adversidad convierte a estas personas en seres espaciales, capaces de lograr cualquier propósito.
miércoles, 26 de marzo de 2014
Capitulo 1: la profesia de mi padre
Nací en York, en el año 1632. Mi vocación era el mar. Pero mi padre, un hombre que tuvo fortuna en
los negocios, siempre se opuso a ella tenazmente. A los dieciocho años,
yo no tenia ninguna profesión y mi sueño era sólo navegar.
Una mañana mi padre, ya casi anciano,me llamó a su gabinete y me preguntó por qué tenía yo esa locura, cuando podía desarrollar en mi tierra un buen negocio y una vida agradable. Me dijo que no era necesario que me hiciese al mar para ganarme el pan, ya que el podía darme una profesión. Y, finalmente, recordó a mi hermano, quien había muerto en los Países Bajos, y a quien también le había hablado como a mí, en su caso para convencerlo de que no cometiera la insensatez de irse a la guerra. Se conmovió mucho al recordar esto y las lágrimas rodaron por su cara. Si yo también daba el mal paso, dijo, Dios no estaría de mi parte...
Una mañana mi padre, ya casi anciano,me llamó a su gabinete y me preguntó por qué tenía yo esa locura, cuando podía desarrollar en mi tierra un buen negocio y una vida agradable. Me dijo que no era necesario que me hiciese al mar para ganarme el pan, ya que el podía darme una profesión. Y, finalmente, recordó a mi hermano, quien había muerto en los Países Bajos, y a quien también le había hablado como a mí, en su caso para convencerlo de que no cometiera la insensatez de irse a la guerra. Se conmovió mucho al recordar esto y las lágrimas rodaron por su cara. Si yo también daba el mal paso, dijo, Dios no estaría de mi parte...
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